miércoles, 21 de enero de 2009

Los vivos y el panteón

En un pueblo muy lejano, cuyo nombre no recuerdo, existe un panteón muy peculiar y olvidado; las tumbas del 1 de noviembre no sólo se llenan de flores naranjas, sino también de estatuas de lodo que recuerdan a quien murió y unen a los que siguen este mundo.













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